El profesor José Rodríguez Richart le dedica un sentido homenaje.
Prof. Dr. Alberto Barrera y Vidal
1934 – 2015
Alberto Barrera y Vidal, catedrático emérito de la Universidad de Lieja, nacido en Granollers (Barcelona) el 25 de marzo de 1934, falleció el 17 de marzo de 2015 en Oteppe (Bélgica), donde vivía desde hace muchos años con su esposa, la profesora belga Anita Schoonheere y su hijo. Una vida larga y cumplida, marcada desde el principio por el drama histórico de la Guerra Civil española, ya que, por ser su padre oficial del ejército republicano, Alberto tuvo que huir con su familia a Francia en 1939, a la edad de cinco años. Él mismo ha escrito lo siguiente en su prólogo al libro Dos patrias en el corazón. Estudios sobre la literatura española del exilio (2009): “me tocó compartir el exilio del 39 con casi medio millón de españoles republicanos y aquel evento me dejó una herida, una cicatriz, que ni siquiera el tiempo, que lo cura todo, ha podido cerrar.”
Alberto realizó sus estudios universitarios (Filología Románica, Teología y Politología) en las Universidades de Paris-Sorbona, Montpellier y Estrasburgo. Doctorado en 1962 en la Universidad de Frankfurt / M. sobre El estilo de Albert Camus, tesis dirigida por el Prof. H. Skommodau y publicada ese mismo año en Wiesbaden. En 1969, “Habilitation” en la Universidad de Giessen ( Profs. H.W. Klein y Mario Wandruszka) sobre Parfait simple et parfait composé en castilllan moderne, publicada en Munich en 1972. Anteriormente, en 1963, había obtenido la Licence-ès-Lettres en la Universidad de Estrasburgo. En 1971, nombramiento de catedrático en la Universidad de Tréveris (Lingüística y Literatura) asumiendo también, desde ese mismo año, el cargo de director del “Sprachzentrum” de la misma Universidad. En 1986, la Universidad de Lieja (Bélgica), le ofrece la cátedra de Didáctica en el Departamento de Estudios Románicos y, al mismo tiempo, la dirección del Instituto de Didáctica de la misma Universidad. Alberto Barrera fue miembro fundador de la Asociación Alemana de Hispanistas y formó parte de su junta directiva, fue miembro también del Deutscher Romanisten Verband, de la Asociación Internacional de Hispanistas y, desde el principio de su constitución oficial presidida por mi exalumno Franz Josef Zapp, de nuestra Asociación Alemana de Profesores de Español así como de la AEPE (=Asociación Europea de Profesores de Español) de la que fue durante muchos años vocal por Bélgica.
Creo recordar que le conocí personalmente en un cursillo para profesores de español que tuvo lugar en Altenberg, cerca de Colonia, en 1968, al que los dos habíamos sido invitados. Desde entonces, desde hace pues cerca de cincuenta años, nos unió una buena amistad y nuestros contactos profesionales se intensificaron después. Quisiera recordar aquí especialmente nuestra colaboración en la revista Zielsprache Spanisch. Zeitschrift für den Spanischunterricht in der Weiterbildung, que él fundó y dirigió a partir de 1973 y durante muchos años, hasta su desaparición. También nuestra colaboración en la elaboración, por encargo de la Deutscher Volkshochschul Verband, del Certificado de Español para las Universidades Populares de Alemania, Austria y Suiza, adoptado posteriormente por otros varios países más. En el marco de las relaciones con esta Institución hay que citar el cursillo internacional para profesores de español en la Universidad de Tréveris, iniciado en plan experimental en 1972, pero que al año siguiente se independizó y se mantuvo durante muchos años, primero en Tréveris y luego en el Centre Universitaire de Luxemburgo. Nuestras actividades coincidieron en muchos otros casos y en otros ámbitos, por ejemplo en las conferencias sabáticas del Instituto de Estudios Hispánicos de la Universidad de Amberes – que en una primera etapa funcionó en Hasselt/Diepenbeek – fundado por el ilustre hispanista Prof. Dr. Jacques de Bruyne, miembro correspondiente de la RAE en Bélgica y autor, entre otras muchas obras, de una de las gramáticas del Español más difundidas, que acaba de publicarse en 2013 en una nueva versión actualizada: Nieuwe Spaanse Grammatica. Esta voluminosa obra, que ya había sido traducida al alemán por Dirko J. Gütschow en 1993 y al inglés por Christopher J. Pountain en 1995, la tradujo y adaptó Alberto al francés en 1998.
Trabajador infatigable, aparte de ciento ochenta artículos y colaboraciones en diversas revistas y de innumerables conferencias en muchos países así como ponencias en congresos, Alberto es autor también de los dos libros antes citados (su doctorado y su “Habilitation”) y de otras muchas publicaciones sobre temas de lingüística, didáctica del español y del francés y de literatura española e hispanoamericana. Y junto con Wolfgang Halm de Spanisches Mindestwortschatz, con Wolfgang Kühlwein de Angewandte Linguistik für den fremdsprachlichen Unterricht y de una Kritische Bibliographie für den Fremdsprachlichen Unterricht, las dos en 1976. Y a partir de 1965 salieron varias ediciones de Salut, un método para la enseñanza del francés. En 1981, S.M el Rey Juan Carlos le nombró Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica por sus méritos en la difusión de la lengua y la cultura españolas, un reconocimiento y un honor tardío pero para un republicano exiliado una satisfacción especialmente emotiva después de sus amargas experiencias lejos de su patria. En el año 2001 se le dedicó un merecido homenaje: Karl Hölz, Michael Herrmann (eds.): Confluences. Cultures, Langues, Littératures. Mélanges offerts à Albert Barrera Vidal. Luxembourg.
En el volumen colectivo Españas – Américas 1492 – 1992, publicado por el Centre Universitaire de Luxemburgo en 1994 bajo su dirección encontramos curiosamente una crónica del “Cursillo Europeo para Profesores de Español” celebrado en la capital del Gran Ducado el año anterior. Su autora es una cursillista, María Rosa Neef – Codina (Ulm), que representa la opinión de los demás. En ella escribe las siguientes líneas que me gustaría reproducir aquí porque reflejan fielmente aspectos característicos de la personalidad de nuestro colega y amigo: “la eficacia y la habilidad de su director y organizador (¡desde el año 1972 en Tréveris!), el Profesor Alberto Barrera y Vidal, conocido ya por su proverbial caballerosidad, gran calor humano y especial sensibilidad para el equilibrio y la tolerancia” (p.141). Y dos páginas después, al comentar la “suculenta paella chez Rafael, broche de oro gastronómico del cursillo” añade lo siguiente: “En dicha cena coincidimos todos en opinar que lo importante no era el ‘dónde’, sino el ‘cómo’ y el ‘quién’. Ya que, aunque los cursillos tuvieran lugar en la Antártida (como dijo una cursillista), teniendo a Alberto Barrera como organizador resultarían igualmente ‘calurosos’” (p.143). Eficacia, caballerosidad, calor humano, sensibilidad para el equilibrio y la tolerancia. Basándome en mi propia experiencia de tantos años se podrían añadir aún otras cualidades personales suyas como generosidad, nobleza, una “lealtad acrisolada”, hondo sentido de la amistad, cordialidad, honestidad y modestia personal y profesional y una cultura vastísima, impresionante, fruto de una curiosidad científica sin límites y de un afán enorme de saber. Su desaparición constituye una gran pérdida, sobre todo para su familia pero también, sin duda alguna, para el hispanismo internacional. Descanse en paz el hombre y el amigo cabal.
José Rodríguez Richart